Desde hace unos años se ha venido cuestionando si la tan esperada y popular cesta de Navidad se configura como un derecho más de los trabajadores y, por tanto, una obligación para el empresario.
Pero, ¿es realmente una obligación, o se trata de un acto libre y no sujeto a condiciones?
Pese a lo extraño que nos pueda parecer (la generalidad de las personas entiende la cesta de Navidad como un “detalle” de la empresa hacia los trabajadores) se trata de una situación jurídica de la que dimanan derechos y obligaciones.
La continuidad y habitualidad en la entrega de las cestas de Navidad por parte del empresario crea lo que en derecho se conoce como costumbre, y esta costumbre se puede convertir en obligación, en este caso para la empresa; así lo ha señalado el Tribunal Supremo en su jurisprudencia más reciente, considerando la cesta de Navidad como “condición más beneficiosa” para el trabajador, es decir, que se trata de una ventaja o un beneficio que da el empresario al trabajador y que pese a no estar recogido en el contrato de trabajo puede pasar a formar parte del mismo.
Hasta tal punto llega la obligación del empresario que, independientemente de cual sea la situación económica que atraviese la empresa, estará obligado a entregar a sus trabajadores la famosa cesta de Navidad si así lo venía haciendo en los últimos años. Para poder librarse de esta obligación únicamente existen dos vías: 1) llegar a un acuerdo con los trabajadores o 2) aplicar una modificación sustancial de las condiciones de trabajo.
Consecuencia de esta situación, el claro beneficiado ha sido el sector de las cestas navideñas que ha visto incrementados sus ingresos, a costa claro está, del esfuerzo de muchos empresarios por mantener esta especie de “obligación adquirida”. No siempre llueve a gusto de todos.
A partir de ahora, más de un trabajador reclamará la cesta de Navidad que por derecho le corresponde, y Usted ¿hará valer su derecho?
CLAUDIA MOROS
Abogada (Ramiro Navarro, Abogados) Derecho penal.