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¿Más vale un mal arreglo que un buen pleito?

Foto del escritor: Ramiro Navarro AbogadosRamiro Navarro Abogados

Me cuesta aceptarlo porque somos abogados litigantes, pero en gran parte de casos es mejor un mal acuerdo que un buen pleito. El saber popular raras veces se equivoca, pero hay veces que no siempre es beneficioso llegar a acuerdos. Esta frase tan popular en nuestros días pero sobre todo utilizada en el ambiente jurídico, fue escrita por primera vez por el reconocido novelista y poeta, el señor Miguel de Cervantes Saavedra en el año de 1567 cuando publica la "Recopilación de Leyes de estos Reynos"


Y es que resulta a todas luces evidente la bondad de resolver los conflictos amistosamente teniendo en cuenta que la justicia sigue siendo la hermana pobre de la administración.

Y que existen pleitos, sobre todo, en determinadas jurisdicciones que se eternizan y que podemos tener un horizonte muchos años para que se resuelvan, y eso hace desaparecer por lo menos la sensación de justicia.


Que decir de los asuntos de familia en el que los abogados tenemos la obligación de llegar a acuerdos y evitar a toda costa, salvo casos muy puntuales, la celebración de juicios en los que las relaciones entre las partes empeoren o se generen graves perjuicios en los menores.


Pero, cuidado, no todo acuerdo siempre es bueno.

Soy contrario desde mi punto de vista a negociar antes de entrar a sala. Y es que debemos evitar ser rehenes de las presiones que el fiscal y jueces pueden realizar el día del juicio y rechazar este “mercadeo” de emociones. Si los letrados no hemos logrado en seis meses un acuerdo, no esperemos a que Su Señoría lo haga. Si vamos a juicio, vamos a juicio.


También soy también en determinados asuntos civiles o mercantiles, donde las expectativas de la reclamación del cliente o consumidor son altísimas y que las compañías o entidades o personas físicas contrarias son solventes, el continuar con el procedimiento judicial. Es el caso de las materias de reclamación contra entidades bancarias o financieras por prácticas abusivas, reclamación contra compañías por indemnización por actuaciones contrarias al mercado de la competencia, etc.


En todos estos casos un buen pleito puede ser mejor que un mal acuerdo.

Huyamos de acuerdos a toda prisa, basta de hacérselo pasar mal al cliente. Evitemos la Sala de vistas de un Juzgado de Primera Instancia todo lo que podamos, pero siempre que sea beneficioso para el cliente.


Y teniendo que como premisa que cualquier resolución de conflicto amistosa o extrajudicial debe ser fruto de un trabajo a largo plazo entre todos los profesionales y basada en una estrategia minuciosa de negociación consensuada previamente y con tiempo con el cliente.



Ramiro Navarro

Abogado, socio director.



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